· Del 25 al 30 de octubre de 2010, la Colegiatura Colombiana realizó la Semana “OTRO SENTIDO”, a través de su Facultad de Comunicación Organizacional con énfasis en Relaciones Internacionales, donde se abordó la reflexión por el bien-estar en las organizaciones y la transformación cultural.
· Los pensadores Gilles Lipovetsky, Humberto Maturana y la investigadora Ximena Dávila, entre otros ponentes nacionales, generaron alertas sobre el panorama mundial y local en las organizaciones, sus dolores, su responsabilidad e influencia en la familia, el sentido de lo que hacemos, la cotidianidad y el hiperindividualismo.
· En encuentros con empresarios, medios de comunicación, universitarios, profesionales, representantes de la comunidad, se coincidió en que el bien-estar en las organizaciones parte de sentirse reconocido, valorar las emociones, volver a la escucha y a la conversación.
Foto “Invitados Internacionales” de derecha a izquierda: Gilles Lipovetsky, pensador francés, Javier Hurtado, Rector de la Colegiatura Colombiana, Humberto Maturana y Ximena Dávila, cofundadores de la Escuela Matríztica de Santiago.
¿Qué tipo de ser humano estamos devolviendo en la noche a su familia?
Esta fue una de las inquietudes que se presentaron durante las actividades de la Semana OTRO SENTIDO, donde se abordó el bien-estar en las organizaciones desde la familia, la empresa, la ciudad y el mundo.
OTRO SENTIDO es un programa de la Colegiatura Colombiana, que busca generar una reflexión, desde la academia, para que las organizaciones sean agentes de transformación cultural, encontrándole sentido al ser y al hacer diario, desde la cooperación y la comunicación.
Durante esta semana, que contó con el apoyo del sector público y privado, se promovieron las siguientes reflexiones en el marco del “Seminario La Organización con Sentido Humano”, el Coloquio “Cultura Mundo, Sociedad de lo Efímero y la Globalización”, en los Círculos Reflexivos en Biología Cultural, entre otras actividades:
¿La familia vs la empresa?
“El futuro de la humanidad no son los niños, son los adultos con quienes ellos crecen. Nos tenemos que preguntar cómo estamos viviendo nuestro vivir en las organizaciones, porque los niños y los jóvenes se adaptan a nuestra forma de vivir”, expresó el autor chileno Humberto Maturana, cofundador de la Escuela Matríztica de Santiago, al referirse cómo la responsabilidad de las organizaciones es también el bienestar de la familia.
Al respecto, se concluyó que las organizaciones son lugares de aprendizaje que forman al ciudadano y al integrante de una familia, entendiendo la enseñanza como una transformación en la convivencia.
De igual forma, Lipovetsky, pensador que estudia la evolución de las sociedades contemporáneas, sus lenguajes y estilos de vida, sostuvo que “la familia está afectada por el abuso en el tiempo del trabajo. Las causas laborales sacrifican su convivencia. La transformación se hace desde las familias, pero están fragmentadas.”
Adicionalmente, afirmó que “en empresas donde hay grandes dificultades humanas, en la cual la gente aguanta la presión, se vive un clima depresivo, que ha llevado en muchas ocasiones a suicidios permanentes”.
Ante este panorama que se deriva de los ritmos frenéticos, la competencia, el estrés - características de la era del hiperindividualismo, como la llama Lipovetsky-: “la gente necesita fundamentalmente ser escuchada y oída… sufre por no poder hablar de ella. Debemos actuar desde el individualismo solidario, responsable, el que se preocupa por los otros y no desde el individualismo irresponsable, el de interés y egoísmo”.
Escuchar para transformar:
En este escenario, que promovió la Facultad de Comunicación Organizacional con énfasis en Relaciones Internacionales de esta Institución, el eje central de la jornada fue la necesidad de volver a la escucha y a la conversación, así como reconocer que no se pueden movilizar transformaciones culturales si no se promueven transformaciones personales.
Al respecto, se motivó un llamado a propiciar una salida al sufrimiento moral que enfrenta la sociedad actual. “Debemos escuchar lo vivido por la persona, es una dimensión mayor de la comunicación”, argumentó Lipovetsky, quien coincidió con la posición de Maturana y de Dávila al preguntarse sobre el sentido de la vida y “la necesidad ser vistos y ser escuchados en este presente cultural donde la presencia es negada”.
Los invitados internacionales abordaron la escucha como una manifestación de respeto, que permite que el otro surja como un ser legítimo, y no como la simple ejecución de un rol que hace desaparecer al ser humano que lo ejecuta.
Esta afirmación se basa en la seguridad de que la satisfacción laboral no se centra únicamente en el factor económico, sino que parte de elementos como sentirse reconocido, valorado e incluido, lo que a su vez, motivará a hacer con mayor compromiso y responsabilidad lo que se hace.
En el ámbito empresarial se destacó que producir con respeto y dignidad es rentable económicamente, siempre que se generan ambientes sostenibles, confiando en la disposición natural del hombre de hacer las cosas bien y en la posibilidad de generar responsabilidad desde la enseñanza.
Frente al tema de la ética, Maturana, Dávila y Lipovetsky, presentaron posturas distintas. Mientras la Escuela Matríztica valora la ética como el hacerse cargo de que nuestros actos tengan consecuencias negativas en los otros, Lipovetsky argumenta que si bien la ética es una forma de mejorar, no es una solución única y perfecta, para lo cual propone una ética aplicada desde la regulación institucional y la inteligencia, como una mezcla que permite la evolución social.
“Las organizaciones son lo que en ellas se conversa”:
Foto Seminario “la Organización con Sentido Humano”
Esta fue una de las conclusiones de Mauricio Toro, Presidente de la compañía de pensiones y cesantías Protección, quien formó parte del panel de experienciasorganizacionales. Este empresario también habló de su estilo gerencial que propicia la conversación directa sin afectar los conductos regulares: “no respeto canales para recibir información, pero los respeto para la toma de las decisiones”.
Al respecto, Luz Gabriela Gómez, ponente del Seminario, afirmó que una de las fuentes de la violencia laboral es la invisibilización, no considerar al otro, no reconocerlo en su hacer. “Por eso son necesarias las conversaciones productivas y transformadoras desde el alma de las personas”, afirmó.
Ante esta necesidad, se deben recuperar los espacios de lo público, lo íntimo y lo privado. De allí parte la reflexión de Maturana y Ximena Dávila al plantear que los problemas en las organizaciones no son dificultades del razonar o de la tecnología, sino que es producto de encuentros de deseos contradictorios o conflictos de sentires y emociones.
Por su parte, la comunicadora Ana María Estrada, fundadora del programa OTRO SENTIDO, argumentó que la organización con sentido humano debe generar espacios de encuentro, donde la gente pueda conversar y se favorezcan relaciones de confianza. “Es necesario hacer reflexiones en las organizaciones para saber qué es lo que nos inspira, qué es lo que nos mueve… incorporar el juego en la vida diaria de la empresa”.
Construir comunidad desde la construcción de viviendas:
Dentro de las experiencias de transformación cultural que se resaltaron durante la semana, se visibilizó el trabajo social adelantado con las familias de la Ciudadela Nuevo Occidente, la cual ha sido reubicada de Moravia y otros barrios de la ciudad, con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, a través de ISVIMED.
Sobre el proceso que se desarrolló a través del programa OTRO SENTIDO con esta comunidad, Darío García, habitante de este sector, habló de su testimonio: “tenemos varios grupos de personas que nos sentamos a conversar para saber cómo queremos vivir. Estamos pensando en lo que soñamos dentro de 5 años. Las dificultades las transformamos en posibilidades, cuando nos juntamos, cuando hay solidaridad… Nuestro gran reto es ser “El mejor vividero de Medellín”.
Estas fueron parte de las reflexiones que generó el programa OTRO SENTIDO durante esta semana donde se evidenció, con los diferentes actores, la necesidad prioritaria de una comunicación que permita propósitos comunes, calidad de vida y desarrollo individual y colectivo en las organizaciones.
Durante el 2011, la Colegiatura Colombiana avanzará con este programa a través de diferentes espacios de encuentro y formación para movilizar la transformación cultural hacia el bien-estar.
Para llevar a cabo esta iniciativa se unieron organizaciones como: Comfama, Empresas Públicas de Medellín, el Instituto de Vivienda de Medellín –ISVIMED, El Colombiano, El Mundo, Ciudad Abierta, Embajada de Francia, Alico, Colegio Mayor, Parque Explora, BBVA y Unicentro. Así mismo, participaron dentro de diferentes actividades: Protección, Un Techo para mi País, Gobernación de Antioquia, Inexmoda, Bureau de Medellín y Alianza Francesa.